martes, 14 de abril de 2015

Elegía al fueguito que se propaga.

"Otros arden la vida con tantas ganas
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende"
Eduardo Galeano



Óyeme Eduardo,
estas cosas se avisan, se adelantan, 
que me he quedado triste, con la mirada perdida,
con el titular de prensa atravesado en los párpados
y tu despedida atravesada en la garganta.
Ya no habrá quien nos encamine el paso
en dirección a la utopía,
que nos diga que el delirio es un derecho
que nos declare "hijos de los días".
Alguien tendrá que recordarnos que las manos son nuestras
aunque estén vacías,
que venimos de la tierra
y que somos todos indígenas con las venas abiertas, 
Alguien que venga a explicarnos lo que engendra la violencia
alguien que señale claro a aquellos que la sustentan.
Óyeme Eduardo,
voy a hacer cosas chiquitas, 
a transformar lo transformable y,
luego, 
que se extienda bien el fuego.
Tu fueguito se ha apagado y, mañana,
 no se reconcilian ya tu ayer y tu hoy
pero ardías la vida con tantas ganas
que quien lee tus páginas y 
se acerca a tus palabras,
se enciende.

Gracias por sembrar fueguitos de alegría y lucha.
Los Nadie te lloran.




1 comentario:

  1. Y ahora el corazón erizado.
    Seguiremos andando, que en eso consiste -aunque con una persona bella menos en el globo terráqueo-. ¿Qué es existir? Todo es tan abstracto, tan mental, que está más que claro que hay personas que nunca dejan de existir.

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