Que no me importe ser oveja negra, es más, que luche por salir a trompicones del rebaño.
Que lo que pienso y lo que digo no lo desmienta con mis actos.
Que tenga siempre en mente que el verdadero sabor de la vida es solo para los locos.
Que viva mucho, que duerma poco.
Que sepa valorar las cosas más sencillas, los pequeños placeres de la vida.
Que no venda mis principios por un sueldo miserable.
Que haga lo que haga no tenga que sentirme culpable.
Que pueda llegar a vieja y al mirar atrás no me arrepienta:
Que haya reído y haya llorado, que si no he cambiado el mundo al menos lo haya intentado.
Que haya abrazado a los míos, follado con amigos y bailado con extraños.
Que asuma que la juventud no depende de los años.
Que haya reído y haya llorado, que si no he cambiado el mundo al menos lo haya intentado.
Que haya abrazado a los míos, follado con amigos y bailado con extraños.
Que asuma que la juventud no depende de los años.
Que aprenda de cada persona lo poco o mucho que pueda enseñarme.
Que la sonrisa de un niño sea el regalo más grande.
Que no me conforme.
Que tenga presente que el mundo no acaba en el horizonte.
Que no me calle.
Que sepa rebelarme ante las injusticias... y que nunca, nunca, me canse de perseguir utopías.
Que somos aquello en lo que creemos.
No lo olvidemos.
Eres aquello en lo que crees.
ResponderEliminar