Ahora que se me van pasando los efectos de ese chute de emociones que supone el campamento de verano desde hace 11 años, y que a medida que pasan las horas va aumentando mi mono de scouts, me parece un buen momento para escribir acerca de ellos.
Para los que no lo conocen puede ser difícil de entender, pero si uno se desprende de los estereotipos creados por las pelis americas, todo es mucho más fácil. No somos un ejército de niños vende-galletas, ni hablamos con las ardillas, tampoco llevamos calcetines por la rodilla, ni nos pasamos la vida ayudando a ancianitas a cruzar la calle (aunque si se tercia, pues sí...¡es lo suyo!).
El escultismo es un movimiento educativo presente en casi todos los países del mundo, que se basa en aprender jugando para adquirir una serie de valores positivos y que busca formar personas comprometidas con la sociedad. Es bastante fácil escuchar la molida (pero no por ello menos cierta) frase "¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos?", pero igual se puede hacer la pregunta del revés "¿Qué hijos vamos a dejar a este mundo?"; el caso es que, para construir un mundo mejor, hay que empezar por construir mejores personas, educando; y de eso se encarga el movimiento Scout.
El escultismo aporta a los chavales un montón de conocimientos útiles y de experiencias increíbles, y es inevitable que en este ambiente se creen fuertes lazos de amistad. Es por eso que, mientras todo el mundo tiene una familia, yo tengo dos.
Desde que entré en Lobatos con mis 8 añitos, hasta hoy, han cambiado muchas cosas... pero las esenciales siguen siendo las mismas.
Este campamento ha sido increíble y, aunque cada año vamos añadiendo responsabilidades a nuestra espalda, la recompensa puede ser el doble de gratificante.
Vengo de pasar 15 días en Poveda, en medio de un paraíso perdido en el Alto Tajo; vengo de dormir en el suelo, de ducharme con agua helada, de cocinar para 90 personas, de preparar juegos, de despertarme a media noche porque algun niño me reclama, de acampar por accidente junto a la fosa séptica e inhalar constantemente sus efluvios, de quedarnos sin cenar porque no hay comida suficiente y hay que servir a los pequeños...
pero también vengo de reírme sin parar, de pasar tiempo con mis Rutas, de tumbarnos bajo las estrellas a escuchar las cascadas, de embarrarnos, de esos piques sanos a la hora de las comidas, de tomar un mate bien caliente por la noche, de embarcarnos en una misión suicida con Short al volante, de jugar a indios y vaqueros, de flipar con las historias de los Castores, de descender el Tajo en neumáticos, de rescatar a Campanilla en Nunca Jamás, de robar chocolate de la despensa, de compartir anécdotas, de cantar canciones al son de una guitarra con recuerdos grabados en ella con navaja... ¡de ser feliz!
Y es que no puedo concebir mi vida sin ellos. El año que viene van a cambiar mucho las cosas, pero aunque nuestro monitor nos abandone y nos hagamos tricaquita ante el cúmulo de responsabilidades que se nnos vienen encima...vamos a por ello, porque somos buenos, y punto.
Y porque: "La felicidad no proviene simplemente de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera, ni dándose uno gusto a sí mismo.La verdadera manera de obtener la felicidad es haciendo felices a los demás." B.P
¡Siempre Listos!
al menos el año que viene podré gritar..."¡no me hagáis caso para elegir zona, veréis, veréis!..." Con todo el gustazo del mundo :)
ResponderEliminarBuff...es que, son 11 añazos, algo más de media vida...y aquí continuamos, luchando por algo que la gente cree estúpido, o que para ellos carece de importancia, o simplemente por algo que la gente ni se piensa que hacemos.
Mais...mon amour, c'est la vie! c'est nos chérie vie!! c'est nos vie scout!
Y....CONTINUAMOS DEJANDO EL MUNDO MEJOR DE LO QUE LO ENCONTRAMOS!